Phil Foden ya es todo lo que un día se pensó que podía llegar a ser. Consolidado en el once de gala del Manchester City, y tras varias exhibiciones a sus espaldas en esta temporada, Foden ya es capaz de darle la vuelta a los partidos, dominarlos y hacer en ellos lo que le plazca. La de Villa Park ha sido una de sus mejores noches como profesional, aunque quizás no la de más impacto: aquella fue en Anfield, donde una victoria comenzó a encaminar la Premier League, o ante el Borussia Dortmund, en una eliminatoria de Champions.
Sin embargo, contra el Aston Villa logró otra cosa diferente. El Manchester City había empezado perdiendo por 1-0 a los 20 segundos gracias a un gol de McGinn. Stones no midió bien un balón largo, Watkins puso el balón en el área y el centrocampista escocés sorprendió a la defensa ‘citizen’. A partir de ahí comenzó el recital de Foden, caído a la banda izquierda y bailando una y otra vez a su par. Primero hizo el gol del empate en una preciosa jugada colectiva y después, en pocos minutos, forzó la tarjeta roja de Matty Cash por doble amonestación. Pudo meter un segundo gol en una asombrosa ocasión dentro del área, donde evitó a tres rivales con una ruleta, pero Emi Martínez respondió.
El gol de la victoria lo marcó Rodri cabeceando un centro lateral. El Manchester City tuvo que jugar varios minutos con uno menos por expulsión de Stones, aunque la roja de Cash poco después igualó la contienda. En el segundo tiempo, los de Pep Guardiola se dedicaron a contemporizar el partido y a evitar jugadas de peligro. Con 11 puntos de ventaja (y un partido más) y sólo cinco jornadas por disputar, el alirón cada vez está más cerca.