Jon Guridi fue una de las grandes novedades en el once inicial de la Real Sociedad contra el Huesca. Y también fue una de las grandes noticias. Porque el azpeitiarra se reveló como una alternativa más que válida para dar aire y descanso a Mikel Merino. Provocó el penalti del 1-0 de Oyarzabal, y demostró una gran capacidad para abarcar campo con su despliegue físico. Para ‘Jongu’, como le conocen en Zubieta sus compañeros, no fue un partido más. Porque lograba por fin cumplir un sueño que llevaba mucho tiempo buscando: ser titular en el equipo de su corazón, la Real Sociedad. Un sueño que cerca estuvo de convertirse en una pesadilla, con un camino tortuoso, lleno de baches en forma de lesiones graves que bien pudieron llevarle a la retirada del fútbol profesional.
Guridi siempre fue uno de los jugadores más prometedores de su generación, la del 95, la que en categoría juvenil tuvo la oportunidad de defender a la Real en su única Youth League. Todo el mundo en Zubieta daba por hecho que antes o después acabaría en el primer equipo txuri-urdin. Destacó en el filial de la Real hasta que en 2017 debutó en Primera contra el Alavés. Pero justo después comenzó su calvario con las lesiones, al sufrir una grave dolencia en la rodilla que le hizo perderse todo ese año. En medio de su recuperación fue renovado hasta el 2022. En verano de 2018, cuando parecía que estaba a punto de volver a jugar, tuvo que parar completamente para cambiar el tratamiento y a la vuelta para que cogiera ritmo de competición, a pesar de formar parte del primer equipo, se le bajó a jugar con el Sanse en Segunda B hasta que en enero del año pasado fue cedido al Mirandes para que recuperase su mejor nivel.
En Miranda tenía casi la última oportunidad de su carrera. Y el azpeitiarra no la desaprovechó. En temporada y media en el Mirandes se ganó el derecho a formar parte de la Real Sociedad. Olabe siempre le vio como el sustituto ideal de Zurutuza, cuando se retirarse. Y ocupó su hueco con mucho esfuerzo, contando con la confianza de Imanol, que ya lo había entrenado en el filial realista. Así llegó su estreno como titular esta temporada, con la Real ganando 4-1 al Huesca. Aunque para ello también tuvo que superar unas molestias que tuvo en pretemporada y que le llevaron a entrar más tarde de lo previsto en las convocatorias. Debe ser el sino de Guridi. Pero ha llegado para quedarse. Le ha costado mucho cumplir la primera parte de su sueño como para no aprovecharlo.