Al Manchester United le servía el empate (1-1), pero sabe a poco ante el West Ham. Si empatan en la última jornada contra el Leicester estarán en la Champions League, pero si pierden se quedan fuera. El equipo de Solskjaer tuvo que reaccionar al gol visitante y lo hizo gracias a un gol de Greenwood, cómo no, pero no le dio para remontar el encuentro, a pesar de sacar a todos sus titulares, y se jugará entrar en la máxima competición europea en el último partido de la temporada.
El momento clave del partido llegó justo antes del descanso. Un disparo de Declan Rice se estrelló en Pogba, que automáticamente puso las manos delante de su cara para protegerse, movimiento que el VAR no pasó por alto para señalar penalti a favor del West Ham. Totalmente evitable, totalmente justo. La pena máxima la convirtió Antonio, el hombre en racha post-coronavirus, que con su octavo gol en seis partidos (marcó cuatro en un mismo encuentro hace solo unos días) puso a los visitantes por delante en el marcador.
En la alineación del Manchester United, Solsjkaer se dejó de rotaciones porque ya las hizo todas en la FA Cup y volvió a su quinteto oficial de ataque: Matic como contención junto a Pogba, Bruno Fernandez, Greenwood, Rashford y Martial. La única novedad fue la inclusión por segunda vez de Fosu-Mensah, quizás buscándole una salida para el mercado de fichajes veraniego, dando así descanso a Wan-Bissaka. Duró hasta el descanso. Poco después llegó el gol del empate, obra de Greenwood, que hacía el tanto número 17 de la temporada. Ni siquiera tanto elogio ha desgastado su efectividad y definió a la perfección en una combinación con Martial, otra más del francés, excelso desde el retorno de la competición.
Este año será el séptimo consecutivo en el que el Manchester United termina en la Premier League por detrás del City, algo que ya no resulta sorprendente, pero los diablos rojos quieren al menos garantizar su presencia en la Champions para seguir dándole forma a su nuevo proyecto.