La «película» de la temporada del Dinamo Bucarest fuera de los terrenos de juego parece no tener fin. Un equipo rumano que pintaba bien a principios de curso, después de la llegada de una nueva propiedad de nacionalidad española. Esta estaba comandada por el granadino Pablo Cortacero. Junto a él, fueron un total de 14 fichajes los que llegaron, de la mano de una potente inversión de 10 millones de euros. Entre ellos, un núcleo de jugadores españoles (Borja Valle, Isma López, Tomás Mejías, Juan Cámara, René, Aleix García…). Sin embargo, meses después, la ilusión ha tornado en terror.
Los impagos en la entidad de los ‘perros rojos’ produjo una fuerte desbandada. Tanto es así que ya no queda ni rastro de ningún jugador español. Ni siquiera sigue el mismo entrenador, el conocido Cosmin Contra. El Dinamo Bucarest, además, se encuentra actualmente en la 13ª posición de la liga rumana. Sin embargo, un último hecho ha vuelto a sacudir los cimientos del club.
En esta ocasión, según adelantó el periodista Emanuel Rosu, Magaye Gueye, delantero francés de origen senegalés, dio positivo en cocaína. ¿Lo paradójico de todo ello? Que fue el propio Dinamo Bucarest quien solicitó un control antidopaje, pero para los jugadores del FCSB después de verlos en un estado de forma «sospechoso». Esto sucedió tras el partido de Copa que disputaron el pasado 10 de febrero (su jugador disputó los primeros 45 minutos). Para más inri, este es el segundo capítulo de Gueye. El exfutbolista del Everton ya fue protagonista de un polémico vídeo subido de tono a comienzos de 2021. Este aparecía en un jacuzzi, bebiendo, junto a dos mujeres. Algo por lo que ya pidió disculpas públicamente.