Resulta muy complicado explicar cómo un arbitraje puede resultar decisivo en un encuentro que finalizó con una goleada por 5-1, pero lo cierto es que para la plantilla céltica la actuación de De Burgos Bengoetxea lo fue. El penalti pitado en contra y el gol fantasma son los motivos del enfado. No es la primera ocasión que el colegiado se equivoca con los célticos, ante los baleares, de por medio.
De hecho, ya fue protagonista en el partido de la primera vuelta, disputado entre ambos contendientes en Balaídos. Entonces el Celta -algo que no suele realizar- utilizó sus redes sociales para reclamar dos penaltis a favor y la expulsión de Cucho Hernández. Pidió entonces ‘respeto’.
Iago Aspas se refería al arbitraje en los siguientes términos: «El penalti no se lo pito ni a mi hijo en casa. Nos hace daño. Hasta entonces habíamos estado rondando el área con bastante posesión. Ha decantado la balanza porque luego te descentra y ya no estamos bien. También hay un gol nuestro no señalado que por lo que hemos visto en una foto el balón entra. Son decisiones que ya no podemos hacer nada por cambiarlas».
El delantero espera que no les pase factura: «Hay que pasar pagina cuanto antes, no darle más vueltas porque no nos hará más que daño, y centrarnos en el sábado. Quedan quince puntos por jugar y aventajamos al Mallorca en cinco. Queda mucho en juego».
Por lo demás, el Celta que venía de sumar las cuatro últimas jornadas encajó la mayor goleada de la temporada en un partido clave. La de este martes supera al 4-1 que recibieron el pasado mes de noviembre en el Nou Camp, en el encuentro que supuso el debut de Óscar García.