El equipo más sólido este año en Champions solo ha encajado tres goles en los diez partidos que ha disputado en Europa hasta la fecha. Uno de ellos, la espectacular tijereta que se sacó Taremi en el último segundo del partido del martes, sirvió para que los de Tuchel cosechasen también su primera derrota. Un resultado intrascendente que solo sirvió como consolación para un Oporto que siempre se vio bajo el control de un Chelsea que es capaz de marcar lo que sucede en el terreno de juego sin necesidad de monopolizar el balón. Cuando quiere correr hacia delante, corre, y cuando quiere espesar el partido para que no suceda nada, también lo consigue.
Las tres torres que tiene en defensa, más Mendy bajo palos, son auténtico hormigón armado. Azpilicueta, Thiago Silva y Rüdiger no dejan lugar a dudas ni a la especulación, y, si a eso se le suma Reece-James y Chilwell o Marcos Alonso la fórmula sale de la siguiente forma desde que está Tuchel: 18 partidos, 9 goles en contra (5 en un solo encuentro) y 13 porterías imbatidas.
Además, ahora mismo el centro del campo de los blues vive un momento espectacular, con Kovacic, Jorginho y Kanté rotándose dos posiciones con muy buenos resultados. Arriba, y pese a que es donde el Chelsea ha invertido más dinero este verano, es donde llegan más dudas, pues pese a que Mount y Pulisic están también a un gran nivel, se sigue esperando más de Werner, Giroud, Abraham, Ziyech y Hudson-Odoi. Havertz, el fichaje estrella en Stamford Bridge, alterna fogonazos de magia con fallos propios de su inmadurez futbolística, pero la creciente confianza de Tuchel en él puede darle alas.