Aunque no ha dejado de producir para el equipo y ha dado tres asistencias en los dos últimos partidos (ha participado en 46 de los 91 goles oficiales del Barça esta temporada), la puerta del gol 700 todavía no se le ha abierto a Messi, que ha estado a otros menesteres en los dos últimos partidos (asistencias a Rakitic ante el Athletic y a Suárez en Vigo) y lleva tres sin marcar. En Sevilla no encontró los caminos de la portería y perdió muchos balones, hasta 29. Contra el Athletic le faltaron centímetros para encontrar el rincón de la portería de Unai Simón en la segunda parte y más extraño fue lo de Vigo. Una de sus clásicas conducciones que suele terminar con delicadeza, casi con un pase a la red, terminó con un balón a las nubes. Ha resultado paradójico ver a un Messi con más esfuerzo que acierto en los tres últimos partidos. Se le ha visto activo, comprometido y reivindicativo en la celebración de los goles de Rakitic y Suárez. Mucho. Pero al Barça le faltó su gol en las últimas salidas.
Así que con 629 goles en el Barça y 70 con Argentina, Messi sigue en la puerta del 700. Setién se lo pidió para el partido del Sevilla pero como no pudo ser, que sea ante el Atlético, otro de sus equipos preferidos. Messi le ha hecho goles de todos los colores a los rojiblancos, hasta 30. El último de ellos, un gol magnífico en el Wanda, que fue aplaudido incluso por Simeone. Una conducción con una dejada fabulosa de Suárez y un toque dulce del argentino, que celebró el gol por todo lo alto el día previo a su viaje a París para recoger su sexto Balón de Oro.
Messi forma parte, como Piqué, de ese grupo de ganadores que no están dispuestos a entregar la Liga en bandeja al Madrid. El Barça sabía que, después de Villarreal, el calendario iba en descenso y pensó que si era capaz de enlazar triunfos ante Celta, Atlético y Villarreal, LaLiga volvería a ser suya. Ahora va demasiado apurado. Pero no se rinde. Menos Messi, que además todavía tiene que cerrar la lucha por el Pichichi. Benzema sigue estando cerca. Tanto como el récord de los seis Pichichis de Zarra, que quiere pulverizar con su séptimo galardón de mejor goleador del torneo doméstico.