El pasado lunes 29 de junio, Juventus y Barcelona confirmaron el trueque Pjanic-Arthur por el que el bosnio pasaría a ser jugador azulgrana en la temporada 2020-21 y el brasileño se vestiría de bianconero desde el próximo mes de septiembre. El acuerdo, por el que el Barça, además, ingresaría 12 millones de euros más cinco en variables, destacaba que Arthur y Pjanic terminarían la temporada en sus actuales clubes, Barcelona y Juventus respectivamente. Pues bien, desde aquel anuncio, Pjanic ha jugado 325 minutos con la Juventus de Turín y Arthur, cero con el Barça.
A estas horas, Pjanic es todavía un jugador decisivo para la Juventus. Metrónomo bianconero, jugó ante Genoa (74′), Torino (49′), Milán (69′), Sassuolo (57′) y Sampdoria (78′). Sarri no lo alineó en los partidos ante Atalanta, Udinese y Lazio. Rotaciones para un jugador de 30 años que celebró a lo grande el título e incluso se envió mensajes con el Barça a través de twitter después de que el club azulgrana le felicitase en las redes sociales. Hay más, la Juventus considera a Pjanic un futbolista decisivo para remontar la eliminatoria contra el Olympique de Lyon y viajar a Lisboa con opciones reales de ganar la Champins a lomos de Cristiano Ronaldo.
Y mientras Pjanic juega con normalidad en la Juventus, Arthur no ha vuelto a hacerlo en el Barça desde que se anunció oficialmente su fichaje por la Juventus. Y no parece que ya lo vaya a hacer más. Después de jugar a regañadientes (sus gestos en la línea de banda de Balaídos lo decían todo) cuatro minutos ante el Celta de Vigo justo horas antes de viajar a Turín para pasar el reconocimiento médico, ya no volvio a jugar en las seis jornadas restantes (Atlético, Villarreal, Espanyol, Valladolid, Osasuna y Alavés).
Pese a que el 29 de abril, Arthur emitió un comunicado en el que mostró su deseo de seguir en el Barça, el caso permaneció abierto y finalmente dio su brazo a torcer y dar el sí al trueque con Pjanic. Arthur considera que el Barça le ha tratado como un simple objeto. Su respuesta, lejos de rebelarse contra la situación y demostrar que el club se equivocaba con su marcha, ha sido abandonarse. Su bostezo en la grada del Camp Nou ante Osasuna, captado por las cámaras el día que el Barça perdía LaLiga, encendió a la afición (y a parte del vestuario). Arthur dejó de ser protegido hace semanas por el club. El futbolista decidió borrarse y marcharse a Brasil para no entrenar ni jugar más este curso. Su adiós al Barça, como su trayectoria en el club, ha terminado por ser triste.